La primera cinta de Los Vengadores se colocó en mi top ten de cintas de superhéroes, pero esta secuela es, en mi opinión, algo inferior, aunque no por ello menos entretenida. Hemos gozado de la presencia de la Bruja escarlata y de Quicksilver, aunque con un enfoque radicalmente distinto al que vimos en la última de los X.Men, consecuencia directa de que los derechos del escuadrón mutante sigan en manos de Sony Pictures. He de decir que el Quicksilver de X-Men me conquistó con su humor y su aspecto (soy fan de Evan Peters), pero este tampoco se queda atrás, siendo interpretado por Aaron Taylor-Johnson (sí, el que puso rostro a Kick Ass. Y amo Kick Ass, tanto las películas como los cómics, diametralmente distintos entre sí). 

La historia es frenética, suceden muchísimas cosas y se convierte en un conglomerado de situaciones, caos y personajes salpicado de explosiones varias. Los efectos especiales son espectaculares, como en toda la franquicia, pero en ocasiones van en detrimento de la trama, a la que se le podía haber sacado más jugo. El mayor problema ha sido las cosas que se han sacado de la manga, ya no entro en comparaciones con los cómics (no soy una experta), pero sí con respecto a anteriores películas de Marvel. Momento SPOILER: Y sí, me refiero a ese romance inesperado entre Hulk y Viuda negra, un instantlove que para nada vimos venir en la primera parte y que aquí queda un poco de más. Eso por no hablar de la familia -también instantánea- de Ojo de halcón; no daba crédito a la aparición de toda una vida paralela que han creado de la nada para el hombre de las flechas, siendo que, para más I.N.R.I, nos mandaban señales que indicaban un interés romántico más que evidente entre este y Natasha. 

Volviendo a la trama: encantará a los amantes de la acción y a quienes deseen ver de nuevo unidos a los Vengadores.

Lo mejor: como siempre, Iron man.

Lo peor: esos giros metidos con calzador.

La Cenicienta es lo que parece: la misma historia de antaño, pero con personas reales y efectos especiales, ni más ni menos. Bueno, para ser honesta, al menos en esta versión de carne y hueso les han dado un "pasado" al príncipe y la doncella, que se conocen antes del baile. Pero si queréis ver una película preciosa que adapta libremente el cuento, no dudéis en revisionar Por siempre jamás.

Lo que más me ha gustado de esta nueva versión de Disney ha sido la presencia de los ratoncitos, como en la película animada de la factoría, aunque yo les habría dado más protagonismo. También me ha encantado la escena de la transformación y la estrambótica hada madrina, así como, en general, las similitudes que podemos encontrar con el film de los años cincuenta.

Me he enamorado con la secuencia del baile y he sentido amor-odio por el vestido. Así a primera vista se me antoja como un disfraz de Todo a 100 o de tienda barata, pero con las luces, los leds parpadeantes y los efectos se ve realmente bonito.

He echado mucho de menos las canciones de la original. Ha habido un homenaje, pero nada más allá de un tarareo por parte de la protagonista.

Lo mejor: el baile y esa inmortal historia de amor.

Lo peor: no cuenta nada nuevo ni mejora lo existente. La ausencia de canciones.

Película rara donde las haya, y eso es algo que no suelo decir. La mecánica del corazón es un maravilla a nivel visual y una delicia para los amantes de la animación en stop motion. El diseño de personajes es intrincado, así como los escenarios. El film adapta la novela homónima de Mathias Malzieu, aplaudida por la crítica. No he tenido ocasión de leerla, pero si es solo la mitad de extravagante y onírica que lo exhibido en cines, no podría procesarla. Por supuesto, es una fábula, una historia que toca la fibra sensible y nos invita a soñar, perfecta para quienes quieran algo diferente, dejar la rutina a un lado y zambullirse en una aventura repleta de romance y belleza.

La música es importante y está muy bien seleccionada.

El guion es algo surrealista, pero tiene una belleza que trasciende y atraviesa la pantalla.

Reconozco que se me antojó tan sumamente extraña, que no la pude apreciar como seguramente se merezca, pero sí puedo decir que me recordó a algunos trabajos de Burton, aquel oscuro pero soñador.

Lo mejor: el apartado visual.

Lo peor: que no he llegado a sintonizar con la historia.