Lo mejor: conocer a unos personajes tan bien creados.
Lo peor: no me termina de enamorar.
Las dos anteriores entregas de la innecesaria trilogía El Hobbit ( y digo innecesaria porque de un libro se las han arreglado para sacar unas nueve horas de metraje...) me encantaron, terminando en mi videoteca y poniendo la guinda en la filmografía de su director, Peter Jackson. En esta ocasión, mis temores se han confirmado. Esta última película concentra toda una batalla y la dilata durante casi tres horas de travellings, movimientos de cámara frenéticos, rugidos de espadas, criaturas monstruosas combatiendo y unos efectos especiales en ocasiones un tanto espeluznantes (solo hay que ver la cara del reno que monta Thranduil y que nos evoca enseguida el rostro de Renesmee, la creepy baby de Crepúsculo...).
No me malinterpretéis, es entretenimiento en estado puro (más para los amantes de la épica, por supuesto), pero me quedo con las "road movie" de la Tierra Media que fueron la primera y la segunda parte y que nos trasladaron desde la Comarca hasta la Montaña Solitaria en un viaje repleto de sobresaltos, momento de tensión y paisajes de ensueño.
Y es que El Hobbit estaba concebida en un principio como una bilogía cinematográfica y eso se nota.
En definitiva, perfecta como visita a la Tierra Media, pero insuficiente como final.
Lo mejor: Bilbo.
Lo peor: unos efectos especiales que flaquean en algunas partes.
1 confesiones
La de El hobbit seguramente la veamos el sabado.
ResponderEliminarLa de Perdida quiero leerme el libro antes de verla.
Besotes
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